¿Qué mantenimiento tiene un Vehículo Eléctrico?
La electromovilidad se abre hacia una nueva era. Una avanzada generación de coches eléctricos está comenzando a llegar al mercado, modelos mucho más evolucionados que los que habían aparecido los últimos años, con una autonomía muy superior y nuevos sistemas para gestionarla.
Para ello, los fabricantes han desarrollado plataformas específicas que han permitido adoptar nuevas baterías, que disponen de una capacidad mucho mayor, y realizar un reparto de pesos que dinamiza su comportamiento. Y también aprovechar al máximo el espacio que proporcionan unos propulsores mucho más compactos, como en el caso del Nuevo Opel Corsa-e, nuestro vehículo 100% eléctrico.
Pero, ¿qué mantenimiento tiene un coche eléctrico? Porque una de las principales dudas que surgen con los vehículos eléctricos es la de conocer qué mantenimiento tienen y su coste. A lo que hay que decir, frente a los vehículos movidos por motores de gasolina y diésel, que el funcionamiento de los coches eléctricos resulta mucho más sencillo y, también consecuentemente, su mantenimiento.
1. Motor eléctrico, mucho más simple
No podemos referirnos a los motores eléctricos como una tecnología innovadora en el automóvil, pues algunos de los primeros vehículos que se construyeron estaban movidos por este tipo de propulsores. Y es que fue en 1880 cuando comenzaron a aparecer las primeras baterías recargables y los primeros vehículos eléctricos.
Pero la electromovilidad entra en una nueva era y se abre una amplia oferta de opciones para los conductores, con numerosos modelos en diferentes segmentos, tamaños, potencias y autonomía, con coches más asequibles o exclusivos. Ahí sí que podemos hablar de una nueva tecnología, desconocida para la mayoría, lo que supone cierta reticencia a la hora de adquirir un vehículo de estas características.
Pero la realidad es que el motor de combustión interna tiene mucha más complejidad, con piezas sometidas a un mayor rozamiento, desgaste y a temperaturas mucho más elevadas, con numerosos circuitos internos. Piezas que requieren sistemas específicos para su engrase, refrigeración, encendido, con la complejidad de la combustión y la expulsión de los gases.
Por el contrario, el sistema eléctrico básicamente está constituido por un rotor, un estátor, un soporte, cojinetes y unas tapas de cierre, además de la batería que lo alimenta. Piezas, la mayoría, que no están sujetas a desgaste ni sometidas a temperaturas elevadas.
Esto supone que el mantenimiento de un coche eléctrico sea mucho más básico, sin necesidad de apoyarse en otros sistemas periféricos para completar su funcionamiento.